Estimados lectores de mi blog Miradas y Narraciones, comparto este texto y poema que nos enviara Julio César Martinez, oyente de mi programa Radial Domingos del Alma. Esta es su inspiración a propósito del Mes del Amor y la Amistad.
"Deseo fervientemente agradecer a quien conduce y realza este programa radial que ha llegado a convertirse en el radiador que da calor a las mañanas frías dominicales y que humaniza un poco este loco torbellino en el que
se ha convertido el diario ir y venir de la vida moderna. Con el avance desaforado de las comunicaciones, ya no hay un solo rincón de este mundo, por muy escondido que esté, no se salva de ser bombardeado por la rudeza y la crueldad de los "nuevos temas musicales", por llamarlos de alguna manera atenuada, en los que ya no se respeta ni los valores del espíritu, ni la condición de la mujer, ni de la niñez, y ya no digamos los valores religiosos.
En esta vorágine de la vida contemporánea, su programa es el oasis dominical que refresca y restaña las heridas infringidas en e ajetreo del diario vivir.
Le estoy enviando una pequeña colaboración, en este llamado el mes del amor, inspirada , talvèz, por alguna melodía de antaño que resucitó en su programa Domingos del Alma:
A TU SONRISA (Eutanasia)
De la abundancia del corazòn
dicen que habla la boca;
en lo que a tu sonrisa toca,
tienen sobrada razòn.
Puès la mìnima expresiòn
que en tus labios se dibuja,
cual tènue y fràgil burbuja,
hace gala y explosiòn.
Y se esparce en los confinea,
dando gozo y dulce encanto,
consolando todo llanto
y haciendo, a dos, muy afines.
No hay rictus de amargura
ni desdèn en tu sonrisa;
y, al igual que Monna lisa,
perennizas tu figura.
Llevo en mi mente tus labios
cual marca de fierro ardiente,
que estarà siempre presente
para olvidar todo agravio.
En la serena corriente
del aliento de tu boca,
sumergirme me provoca
hasta quedar inconsciente.
Cual oàsis en desierto,
veo tus labios surgir;
y ya no puedo dormir,
soñando siempre despierto.
Es la inmensidad, que abruma,
del abismo, que me atrae;
y yo voy cae que cae,
sin desear trègua ninguna.
No deseo seeguir vivo;
ya no alcanzo mi sosiego;
pero... a morirme me niego
si tu beso no consigo.
Dame...! ya ! el tiro de gracia;
concèdeme mortal reposo;
quiero ese fruto jugoso;
satisface mi falacia. JULIO CESAR MARTINEZ MATUS (Junio 2011)